Todo
está constituido para que encajemos a la perfección en la minúscula celda de
una gran colmena; hemos sido dócilmente domesticados por nuestros padres,
políticos, profesores, también amansados, todos ellos, en sus orígenes para
que: cedamos el paso a un semejante, parar en seco cuando el títere del
semáforo se ponga en rojo; decir: buenos días, buenas tardes, buenas noches;
decir: ¿qué tal?, hola, adiós, hasta pronto, hasta nunca. Pecado, cielo e
infierno. Bueno, malo, terrorista o ciudadano ejemplar. Pero os desvelo las
claves para romper el círculo, para una ida sin retorno.
Instrucciones para que tu hijo
nunca acabe de encajar en el sistema:
Primero tienes que separarle del grupo,
para que no sea influenciado por los
demás. Por lo menos hasta que tenga su propia personalidad y no decaiga ante el
movimiento de las masas. Te recomiendo que empieces desde los primeros años de
vida para que el experimento sea un éxito asegurado. Aíslale de la televisión,
sumérgelo en la lectura profunda, literatura con mensaje evitando textos
ligeros y de entretenimiento. Incúlcale el gusto por la música para exacerbar
más la exclusión social. Tocar el violín, por ejemplo, es una actividad idónea,
ya que eso le condicionará a estar consigo mismo muchas horas.
Provócale, con el método Pávlov, una
aversión total a todo lo que tenga que ver con: fútbol, Santiago Segura,
Torrente, paella, sevillanas, folklore nacional, costumbrismo y fiestas
populares, televisión, videoconsolas, móviles, tecnología (salvo excepciones),
series españolas y latinoamericanas con contenido que propicie a enamorarse de
la crónica rosa, toros, la Pantoja, Belén Esteban, Arturo Plus (de Catalunya),
el partido de las gaviotas y de los bigotes, el partido de los obreros, UPD
(Pink Power). Por cada estímulo visual el niño debe ser sometido a una descarga
para que cuando interactúe con cualquier medio, de los mencionados
anteriormente, experimente una sensación de malestar y de dolor. Es preferible
que ame la extrema izquierda.
Se recomienda también aplicar la hipnosis
para las influencias más corrosivas de la sociedad. Haciendo desaparecer, del
subconsciente, términos como: Gran Hermano, toda la programación de Telecinco,
wasap, el juego de Candy Crush y derivados, redes sociales varias. Y dando
recompensas, como la ingesta controlada de choco-adornos y gominolas, al uso
del e-mail de forma inteligente teniendo ciertas restricciones como el envío
masivo e indiscriminado de cadenas de amistad y otras chorradas que tanto se
pusieron de moda a principios del siglo XXI.
Después de todo eso tu hijo será, sin
duda, del todo infeliz ya que no encajará en ningún sitio. Jamás se reirá
cuando los demás lo hagan, ya que tendrá un concepto distinto del humor. Tu
hijo pensará por sí sólo, tendrá su propio criterio pero será inmensamente
infeliz y acabará probablemente apoyando la quijada en alguna vía con la
convicción que así podrá ver, por fin, la luz al final del túnel.
FIN
De este texto salió un cortometraje realizado por el equipo de Bananas Estudio, tan solo pincha en la fotografía que sigue para verlo.
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Y Para los amantes de la lectura os recomiendo mi última novela: