Libros con alma

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Las casas tienen alma





      Yasmin Briega, ya desde muy joven, había cambiado tantas veces de peinado como de domicilio. Experta en mudanzas, como es, aprendió a llevar consigo lo imprescindible; más una impalpable carcasa extremeña para no olvidar nunca su lugar de origen.

      Basta observarla un poco para darte cuenta, que poco tiene que ver con la austeridad de sonrisas de los lugareños que la circundan de forma esporádica en la inevitable convivencia de cada día.   Incluso en la ciudad de Logroño, donde vive ahora, no ha persistido en seguir buscando su alma gemela de cálida baldosa y madera fría. Un símil romántico para hablar de una vivienda, aparentemente, desprovista de vida.

      En este preciso instante, sin duda, estará reflexionando sobre su nueva casa de alquiler. Habrá apagado la música y la estará observando en silencio. ¿Cuántas manos habrán rozado esas paredes estucadas de color Burdeos?, ¿cuántas cabezas habrán reposado sobre esas almohadas bordadas? ─se estará preguntando.

      La casa nunca acaba por se acogedora ya que sabía que los inquilinos eran gente de paso; concurrencia pura. Gentío que usaba sus instalaciones sin cuidado, personas que rayaban el suelo de madera porque en el fondo sabían que no iban a vivir ahí eternamente. Pero Yasmín captó la energía de esa casa y se dio cuenta que la tristeza anidaba en los cimientos de aquel lugar. Por eso la pintó y la llenó de flores, por eso comenzó a hablarle y a lijar sus puertas y a cambiar sus ventanas; acariciando cada pomo, cada baldosa y pasamanos.

      Las ciudades están repletas de nidos vacíos a la espera de poder ser alquilados o vendidos a unos dueños afectuosos. Aguardan como perros en la perrera con la esperanza de que alguien se fije en ellos. Esperan con mirada complaciente y los reciben con los radiadores encendidos para que puedan encontrarse en su ansiado sitio.
      No olvidemos nunca que las casas tienen alma. Yasmin lo sabe muy bien.


Israel Esteban






2 comentarios en «Las casas tienen alma»

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