Las modas pasan. Las noticias
suceden y se olvidan como las estaciones lluviosas en vísperas del estío. Es como
si viviésemos siempre en un verano canario de temperatura aparentemente
perfecta.
Pero yo aún te recuerdo. Aún puedo ver los vestigios en ese local
abandonado al que tú un día diste vida. La carta, el epitafio que dejaste en el
cristal a modo de despedida sigue intacto, protegido por el cristal.
Todo fue muy rápido. Primero una presentación, un grito de auxilio.
Después una respuesta clara, concisa. Pudiste saborear algo que algunos ni siquiera sueñan. Pero la maleta que arrastraste hasta esa cima tiró de ti, de
nuevo, ahogándote en la indiferencia de tu pozo.
Desde dónde te encuentras, en el mundo real de los vivos resignados, anhelas un nuevo resurgir. Esperas paciente a que ocurra algo, pero nada sucede ya que estás sumergida en esas aguas purulentas y densas que te inmovilizan; cubriéndote los ojos para que no puedas progresar. Quieres proyectarte, y yo suspendo, en el universo, un lienzo de medidas colosales para que lo veas y puedas hacerlo.
Desde dónde te encuentras, en el mundo real de los vivos resignados, anhelas un nuevo resurgir. Esperas paciente a que ocurra algo, pero nada sucede ya que estás sumergida en esas aguas purulentas y densas que te inmovilizan; cubriéndote los ojos para que no puedas progresar. Quieres proyectarte, y yo suspendo, en el universo, un lienzo de medidas colosales para que lo veas y puedas hacerlo.
A los demás, nos queda la eterna proyección de tu sonrisa en esa sala de
cine, en versión original, tan íntima que llevamos todos dentro, la sala del
recuerdo. Siempre éxito en la taquilla, no habrá jamás nada más asequible.
PD: Para los que quieran
recordar, dejo aquí los enlaces de esta historia: Enlace 1 y 2.Y si te interesa darle un puesto de trabajo, para ella o su marido, mándame un mensaje.
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Me ha encantado. Yo también llevo dentro una de esas salas del recuerdo. 🙂
Gracias Raquel. La mejor sala, la de tu recuerdo.
Me hubiese gustado asistir a tu presentación, pero no pude. Enhorabuena por tu libro. Un beso 😉