Habitantes del planeta Tierra:
¿Os acordáis del filme “El
cartero llama dos veces”? Esa es la película que me ha venido a la mente esta
mañana cuando el “pinche wei” del
mensajero ha quemado el timbre del portero automático.
Después de mentarle la madre y de abrir el paquete, la espuma canina, que
corría por las comisuras, y las encías, repletas de dientes, se han retraído
para dar paso a una sonrisa de bobalicón. Los ojos, indefectiblemente,
acompañaron al rostro y se redujeron a la mínima expresión. Todo ello fue
provocado por esto:
Si, el misterioso libro “La
muñeca que vio la luz del sol” ha llegado a mis manos y posa para vosotros. Una
espiral irracional ha dado comienzo. Me cuesta irme de casa y cuando lo hago,
estoy deseando volver para acariciar sus indómitos lomos. He invocado a
quimeras del inframundo para que custodien los escritos y así poder dormir
tranquilo.
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Israel Esteban